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Tierra Vasca. Un hito en el periodismo político del exilio vasco en Argentina

Ponencia del III Seminario Internacional Euskal Herria Mugaz Gaindi realizado en Montevideo, Uruguay, entre el 3 y el 5 de mayo de 2006.

Una de las prioridades de la primera Delegación del Gobierno Vasco de carácter pluripersonal (Ramón María Aldasoro, Isaac López Mendizábal, Santiago Cunchillos Manterota y Pablo Archando) que arribaron a Buenos Aires en noviembre de 1938 fue la apertura de un órgano periodístico que reflejase la posición del Gobierno Vasco presidido por el Lehendakari José Antonio Aguirre.

El 10 de Mayo de 1939, a un mes de finalizada en el estado español la guerra incivil en el estado español, ve la luz el primer número de “Euzko Deya” (“La Voz de los Vascos) que entre 1939 hasta 1975 tuvo como directores responsables a los Delegados del Gobierno Vasco: Aldasoro (1939.1946), Francisco Basterrechea (1946-1951) y Pedro de Basaldua (1951-1975).

Pedro de Basaldua

Pedro de Basaldua.

Aún resta por realizar un trabajo de investigación sobre esta publicación que tuvo su antecedente inmediato en su homónimo de París y su contemporáneo en México con igual nombre.

Solo señalaremos que teniendo como destinatario mayoritario a la comunidad argentina de origen vasco, si bien el tema político fue objeto de tratamiento especial en sus páginas, en especial durante las direcciones de Aldasoro y Basterrechea, fue a partir de la conducción de Basaldua que se prioriza la información relacionada con la vida de la colectividad vasca, la existencia y actividades de los Centros Vascos, las crónicas sociales (nacimientos, graduaciones, casamientos, necrológicas, etc.).

Al iniciarse la década del 50, con la sucesiva entrada del régimen franquista en la Organización de Naciones, la firma del privilegiado Concordato con el Vaticano, el tratado comercial con los Estados Unidos con el subsiguiente acuerdo para el establecimiento de bases militares de ese país en el estado español, aleja toda posibilidad de una caída del franquismo mediante la presión externa que había llegado a su cenit entre los años 1945 y 1946 para comenzar a desaparecer tras la iniciación d e la guerra fría (1947) y el establecimiento de dos grandes bloquea a nivel mundial.

El núcleo de exiliados vascos en Argentina, como en otros países del continente (Venezuela, Méjico, etc.) tomó conciencia de esta dolorosa realidad y lo “político” cedió paso ante otras preocupaciones.

Es en este ambiente mental que llega a Argentina, un exiliado cuya actuación en el campo periodístico vasco va a introducir un cambio cualitativo de indudable transferencia: la puesta en marcha desde la diáspora argentina de un medio de comunicación exclusivamente político dirigido básicamente, no a las comunidades radicadas en los países del continente americano, sino a los cuatro territorios históricos de Hegoalde y al exilio político residente en Iparralde.

Nos estamos refiriendo a Pedro Maria de Irujo y Ollo.

Nacido en Lizarra-Estella (Navarra) el 22 de febrero de 1910, será el benjamín de una familia numerosa, cuyo hermano mayor Manuel le lleva casi 20 años de diferencia y que debido a que el jefe de familia, Don Daniel de Irujo fallece cuando Pello Mari tiene apenas un año, será como su segundo padre.

Recibido de bachiller en el colegio de Lekaroz, va a Madrid para estudiar la carrera de abogado, teniendo una activa participación junto con su hermano Andrés en la Agrupación de Estudiantes Vascos de Madrid.

Atraído por las ideas políticas de una nueva fuerza nacionalista: Acción Nacionalista Vasca surgida en noviembre de 1930 se afilia a la misma al igual que otro hermano Juan Ignacio en tanto el resto de los hermanos lo serán del Partido Nacionalista Vasco.

En los años que median entre 1930 y 1936 (se recibe de abogado en 1935) conoce por la militancia política común a nombres que serán luego colaboradores en el emprendimiento de “TIERRA VASCA” como José Antonio Olivares Larrondo “Tellagorri”, Pablo Archanco, Justo Gárate entre otros.

De su época de estudiante en Madrid es dable recordar un artículo y conferencia a favor de la creación de la Universidad Vasca, injustamente postergada por los gobiernos de la II República Española.

Alberto de Oinandia

Alberto de Oinandia.

El 18 de julio de 1936 la rebelión militar le sorprende en Guipuzcoa, al igual que a sus hermanos Manuel y Andrés. Le tocará vivir aquellos difíciles momentos e intervenir en hechos tales como el operativo destinado a salvaguardar la vida del arzobispo de Valladolid Monseñor Gandasegui relatados por el canónigo Alberto de Onaindia en su obra “Hombre de paz en la guerra”.

Por aquellos días, su madre Ananay Ollo viuda de Irujo, sus hermanas (entre ellas Josefina que luego se exilaría con su madre e hijas en Argentina) y otros miembros de la familia Irujo se hallaban detenidas en Iruña (Pamplona).

El 13 de septiembre de 1936 fue detenido por la marina facciosa en alta mar cerca del puerto de Pasajes (Guipuzcoa) mientras realizaba una tarea de servicio de información sobre el potencial naval franquista.

Conducido a Pamplona fue sometido a una corte marcial que lo sentenció a la pena de muerte. Por su vida se interesaron altas personalidades y cuerpos deliberativos de varios países de Europa y América, entre ellos el presidente argentino Dr. Roberto M. Ortiz y el Congreso de la Nación Argentina.

Recién tres años el 22 de Noviembre de 1939, día de Santa Cecilia, día al que Pello llamaba de “mi segundo nacimiento” le fue conmutada la pena de muerte por la de cadena perpetua.

Pasarían aún cuatro años más hasta que lograse en 1943 el régimen de libertad provisional. Se le prohíbe la residencia en Hegoalde y se le fija la ciudad de Cuenca como lugar de residencia, siendo obligado a presentarse diariamente en el cuartel de la Guardia Civil.

Pasaba el día-leyendo a Pío Baroja – hasta que recibe una tarjeta postal donde una firma por él bien conocida (se trataba de Juan de Ajuriaguerra), le invita “a bailar el vals” (lo que significaba entrar en la Resistencia).

Pasa a la clandestinidad y se establece en Madrid a comienzos de 1944.

En la capital del Estado pasa a integrar la célula vasca que dirigía Josefa Rezola, teniendo como compañeros entre otros a Bernabé Orbegozo, a Jesús Inchausti “Uzturre” (años después también colaborador de Tierra Vasca), quien sería famoso lingüista Koldo Michelena. Lezo Urreztieta, Josefa Elosegui, etc.

Cuando Rezola sea detenido, Pello Mari Irujo se hizo cargo de la dirección de la Resistencia Vasca en Madrid, participando en hechos dignos del mejor relato policíaco y asumiendo responsabilidades tales como acompañar durante tres días al notable político inglés Noel Baker que realizaba una visita clandestino enviado por el Foring Office británico.

En septiembre de 1946 cruza por Navarra “la muga” y pasa a Iparralde.

Posteriormente desempeñó como otros vascos cargos diplomáticos en las embajadas de la república española en Praga y Sofía, hasta la iniciación de la llamada “guerra fría”.

A comienzos de la década del 50 arriba Pello Mari Irujo a Buenos Aires, donde desde una década atrás residían su madre, su hermana Josefina y su hermano Andrés que junto a Isaac López Mendizábal, habían cofundado en 1941 la Editorial Vasca Ekin.

Aquí entró a trabajar en la prestigiosa Editorial “El Ateneo”, como también a ayudar en tareas de corrección y estilo en las obras editadas por Ekin.

Su relación epistolar con antifranquistas residentes en Europa (especialmente en Iparralde y Francia) y en países como Venezuela, Méjico, Chile, Colombia, Uruguay) era constante, así como en cuanto acto se llevase a cabo en el Centro Laurak Bat de Buenos Aires, el desparecido Euzko Txokoa y el Ateneo Pi y Margall del Centro Republicano Español.

Alterna estas actividades como libretista de la Agrupación Artística Saki Naski dirigida por el donostiarra Luis Mújica , fue el introductor en Argentina del popular “Baile de la Era” originario de su tierra natal: Lizarra-Estella.

Ricardo Kerman Ortiz de Zárate

Ricardo Kerman Ortiz de Zárate.

En Saski Naski trató con hombres de ideologías diversas como Isaac López Mendizábal, Ricardo Kerman Ortiz de Zárate, Albano Aramendi, etc.

A nivel argentino su relación con un argentino de origen vasco: el Dr. José María Garciarena Aguerre será fundamental en la toma de conciencia vasquista de quien como Garciarena será el único teórico argentino del nacionalismo vasco en la segunda mitad del siglo XX, como el Dr. Tomás Otaegui lo había sido en la primera mitad.

En diciembre de 1955 tras el derrocamiento del régimen peronista se produce la tercera y última visita a Argentina del lehendakari Aguirre.

Esta presencia de José Antonio Aguirre –de la que muy poco se ha dicho o escrito– contiene dos hechos que consideramos trascendentes:

a) La presentación al Lehendakari por parte del Dr. Garciarena de planes destinados al accionar político y cultural del nacionalismo vasco con la apoyatura de un “lobby” conformado por argentinos de estirpe vasca, ofrecimiento que fue realizado en una entrevista “bis a bis” durante un viaje por ferrocarril de Buenos Aires a Mar del Plata.

b) La idea presentada a Aguirre por Pello Mari Irujo de “reflotar” en la Diáspora a “EUSKO LURRA” “TIERRA VASCA”, con la idea de un periódico exclusivamente político destinado básicamente a Hegoalde.

Como es sabido “EUZKO LURRA”, órgano oficial de Acción Nacionalista Vasca apareció con sedes en Bilbao y San Sebastián el 8 de Enero de 1933 y dejó de publicarse en Hegoalde el 17 de Junio de 1937 (entrada de los franquistas en Bilbao). Pasó a Iparralde donde dejó de aparecer al producirse la ocupación del estado francés por la Alemania nazi.

Su dirección estuvo ejercida por uno de los más prestigiosos periodistas vascos José Antonio Olivares Larrondo más conocido por su pseudónimo de “Tellagorri” (Algorta 1892- Buenos Aires 1960) que acompañó a Pello Mari en la entrevista con el Lehendakari Aguirre en diciembre de 1955.

Desde unos meses antes, Pello Mari había tenido un intercambio epistolar con personas en primer lugar allegadas a Acción Nacionalista Vasca como el Consejero del Gobierno Vasco: Gonzalo Nardiz, Gabriel Gotilla, Kepa Ordoki (comandante del batallón Gernika, etc) y con residentes en América (Luis Areitiortuena, Tomás Echabe, Angel Echaniz entre otros).

El proyecto tenía los siguientes basamentos:

a) Ser político y dirigido al residente en Hegoalde, lo que conllevaba entrada y circulación clandestina.

b) Contando con la apoyatura de la dirigencia de Acción Nacionalista Vasca, no sería exclusivamente partidista, sino que contendría opiniones de todos los sectores vascos antifranquistas con una sola excepción: el Partido Comunista de “Euzkadi”.

c) La publicación con los nombres de “EUSKO LURRA” “TIERRA VASCA” tendría como sedes oficiales, las ciudades de Buenos Aires, Caracas y Méjico (aunque en realidad la sede operacional lo fue siempre Buenos Aires).

d) La posición editorial sería de apoyo total a la línea política marcada por el Gobierno Vasco, el Pacto de Bayona (1945), Declaraciones del Consejo Consultivo, Consejo de la Resistencia , Alianza Sindical (STV, UGT y CNT).

e) Se garantizaría la opinión de todos los sectores generacionales, dando especial cabida a la juventud, a la mujer. Asimismo se incluirían artículos en EUSKERA.

f) La operatividad económica estaría a cargo de los exiliados y residentes vascos en Venezuela (lo que así ocurrió durante los 19 años de existencia de la publicación).

g) Se trataría de lograr que existiesen colaboradores permanentes que residiesen “in situ” en los cuatro territorios históricos de Hegoalde.

h) (esto también se cumplió con ejemplos en las llamadas Cartas de Bilbao, Donostia e Iruña, no logrando lo propio en Gasteiz).

i) La publicación tendría una periodicidad mendual. Lo que también se pudo cumplimentar y no registró periodo de vacaciones.

j) Se emplearía la información publicada en el boletín de noticias O.P.E (Oficina de Prensa de Euskadi) dependiente del Gobierno Vasco y que se editaba en Fue Singar 5º de París.

Pedro Maria de Irujo Ollo

Pedro Maria de Irujo Ollo.

k) Este boletín que llegaba por vía aérea a Buenos Aires tuvo cuatro receptores: Pedro de Basaldua (Delegado del Gobierno Vasco), Andoni de Astigarraga, y los hermanos Andrés Maria y Pedro Maria de Irujo Ollo. Su existencia era virtualmente desconocida para la inmensa mayoría de la comunidad ,aunque en las páginas de “Euzko Deya” aparecían las siglas, pero sin nominar de que se trataba...

l) Se convino que Olivares Larrondo fuese el Director del periódico y que Pello Mari Irujo actuaría como “apoyo” (frase empleada con su desbordante humildad por Pello Mari).

Medio año después de aquella reunión , aparece el número 1 de “Euzko Lurra”, “Tierra Vasca”, el 1 de Julio de 1956.

Un párrafo de la nota sin firma pero en la que se reconoce el estilo de Pello Mari Irujo revela el sentido de lo que será la publicación en sus 19 años de existencia:

“Por lo que respecta a Euskadi y a España, opinaremos, porque ESO SI NOS CORRESPONDE. Sometidos nuestra tierra y nuestro pueblo a un régimen de tiranía que ha despreciado y vejado prácticamente la democracia y la libertad, lucharemos para que ese régimen desaparezca”.

La publicación se imprimió durante toda su existencia en una cooperativa gráfica Costal existente aún hoy día en la calle Rivadavia al 700 de la capital argentina.

Su periodicidad fue mensual, apareciendo los doce meses del año, sin guardar un mes de vacaciones, porque como solía decir Pello Mari: “No le podemos regalar eso al opresor de l Pueblo Vasco”.

Como se había planteado en el período del prelanzamiento fueron los vascos de Venezuela de diversos partidos quienes sostuvieron económicamente al periódico, cuya tirada era de 1000 ejemplares, de los cuales 650 eran despachados veinticuatro horas después de su salida de imprenta, por vía aérea con destino a Iparralde y a París, para ser introducidos en forma clandestina en Hegoalde.

En cuanto a los restantes, los suscriptores también lo recibían por avión, en tanto los de Argentina y canjes iban por vías menos rápidas.

Desde el primer número hubo secciones inamovibles. El editorial escrito por Tellagorri hasta 1960 y desde esa fecha hasta el postrer número: el 231 aparecido en septiembre de 1975 por Pello Mari Irujo.

A ello habría que sumar las llamadas “CARTAS” de Bilbao, Donostia e Iruña, cubiertas por el escolapio Mokoroa, el cura Julio Ugarte y el ejecutivo Pedro Turullols. Otra sección muy leída eran los llamados “Pajaritos” noticias, comentarios, ironías, etc. en pocas palabras que ya había popularizado “Tellagorri” antes de 1936 en la primera época de la publicación.

Hacia 1958 el estado de salud de “Tellagori” se fue deteriorando progresivamente, por lo que prácticamente la responsabilidad recayó desde entonces en Pello Mari Irujo.

Se procuro también el que hubiese algún artículo en euskera, lo que se convertía en una tortura para los linotipistas como también para el propio Pello Mari que cumplía funciones de corrector.

Cabe señalar que entre los euskeldunes que prestaron su pluma se hallaron gentes tan disímiles como el fraile capuchino P. Bonifacio de Ataun, autor de la crítica a la novela de “Txillardegi “Peru Leturia”, y Antón de Araza fervoroso jelkide al igual que Andoni Urrestarazu “Umandi”. (Tiempo después el propio “Txillardegi escribiría para TIERRA VASCA).

Entre los exiliados en América colaboradores habituales en la publicación se pueden citar nombres como Ildefonso Gurruchaga (PNV) uno de los más notables de los historiadores vascos del exilio (firmaba como “I. de Uranga”, Carlos Pérez Carranza “ C. de Bergara” que fuera Consejero del Gobierno Vasco en representación de los republicanos, Martín de Ugalde que residiera durante años en Venezuela para radicarse luego en Ondarrabi, Luis de Areitiortunea, Tomás Echabe y Angel de Echaniz (Méjico,), José Osteriz Aranguren (ANV) y Bernardino Bilbao (Solidaridad de Trabajadores Vascos ) ambos desde Venezuela, los sindicalistas Jesús Inchausti “Uzturre” (Solidaridad de Trabajadores Vascos) y José A. Aguiriano (de la Unión General de Trabajadores) que lo hacían desde Bélgica.

Federico Krutwig Sagrado

Federico Krutwig Sagrado.

Los suscriptores europeos residían en Iparralde, en Francia, Inglaterra (uno de ellos Don Manuel de Irujo que leía la publicación en su totalidad y enviaba mensualmente sus opiniones favorables o desfavorables), Bélgica con lectores como Federico Krutwig Sagrado, el autor del polémico libro “Vasconia” y Mikel Orrantia, anarquista editor de la publicación “Askatasuna” , Holanda (donde estaba asentada una de las centrales sindicales anarquistas de la CNT, la otra se hallaba en Toulouse), Suecia donde la leía el ingeniero Jesús Oquiñena, natural de Alegi, fallecido trágicamente en un accidente de aviación, Checoslovaquia (el lingüista bohemio y amante del euskera Norbert Tauer, Andorra con un gran difusor de la publicación como Sanz Eguaras como también a otros países como Italia y Suiza.

En el continente americanos había suscriptores en Canadá (Ormaechea, dirigente de Solidaridad), Estados Unidos (Jon Oñatibia y Joe Figuren entre otros), Méjico con nombres como Ruiz de Azua “Ogoñope”, Zugadi, Jon de Luisa Saseta e incluso uno de los fundadores de ETA : José Manuel Aguirre Bilbao), Colombia (Francisco de Abrisketa, José Luis de la Lombana, José Miguel Zulategui), en Venezuela con un alto número de lectores pertenecientes tanto a Acción Nacionalista Vasca, como al Partido Nacionalista, Eusko Gaztedi (uno de sus dirigentes Iñaki Anasagasti era uno de los que la recibían,), Jagi-Jagi , amén de los exiliados pertenecientes a ETA tanto a la llamada Quinta Asamblea como a los de la llamada Sexta Asamblea).

Tenía también Tierra Vasca lectores en San Pablo (Brasil) como el jagi-jagi José Luis Zubizarreta, en Chile, Agapito Urarte, que había sido comandante del batallón “Amayur”, el dibujante Pé Menchaca, Zarranz, Edurne Bilbao madre del etarra Sabino de Arana Bilbao.

También los había en Uruguay como González Mendihalarzu y en Argentina la lista era muy amplia y también de carácter pluralista, baste mencionar nombres como Pedro de Basaldua, Andoni de Astigarraga, Justo Garate, Ricardo Kerman Ortiz de Zárate, José Luis Azurmendi Madinabeitia, Luciano Petralanda, Victor Villanueva, etc. o sacerdotes como el P. Iñaki de Aspiazu, Demetrio Sánchez Gamarra, Tiburcio Ispizua o religiosos como el P. Bonifacio de Ataun, Pedro de Fuenterrabia, Juan Bautista Zumarraga, Iñaki Beobide, Felipe Araña, etc.

En tanto otras publicaciones de la diáspora mantenían una línea exclusivamente partidista, tal el caso de la conocida “Gudari” que tenía a Alberto Elosegui “Paul de Garat” como su “alma mater”, o las publicaciones del Frente Nacional Vasco ; Euzkadi Azkatuta en Méjico con Jacinto Suárez Begoña “Jakinda” a su frente o “Irrintzi” y “Sabindarra” en Venezuela impulsadas por el eibarres Imanol Fernández Etxeberria “Matxari” o los Zutik de las delegaciones de ETA en Méjico, Caracas y Buenos Aires, a las que habría que sumar Euzko Abertzale Laguntza (Ayuda Patriótica Vasca” dirigida desde Lomas de Zamora (Argentina) por Jun José Agote, TIERRA VASCA abrió desde el comienzo con Tellagorri y en forma aún más amplia desde 1960 cuando al morir el gran periodista algorteño victima de una “puñetera diabetes” como escribe con lágrimas en los ojos Pello Mari en su nota necrológica, abrió decimos sus páginas a todo el abanico político vasco, con la excepción del Partido Comunista.

Este posicionamiento que la diferencia de las demás publicaciones del exilio diaspórico fue motivo de duros ataques y fuertes presiones originadas desde opuestos sectores que el director de TIERRA VASCO enfrentó decididamente y a veces en forma pública, si fuese necesario.

El colaborador de TIERRA VASCA era defendido por Pello Mari a capa y espada, fuese quien fuese su oponente y la opinión de Pello Mari respetada por hombres de muy alto nivel y predicamento, por citar un solo nombre: Juan de Ajuriaguerra, líder indiscutible del PNV durante esos años.

Cuando desde el año 1968 comenzaron a producirse victimas entre los miembros de la Resistencia, publicó además de las crónicas y datos familiares, las fotografías, comenzando por las de Txabi Etxebarrieta y los etarras que le siguieron, de la mismanera mera que hizo con los muertos de EGI. Artajo y Asurmendi.

Prácticamente su solicitud, escribieron en TIERRA VASCA un buen número de los fundadores de ETA, como la información que le llegaba de la Asociación ANAI-ARTEA en Iparralde y las acciones resistentes llevadas a cabo por la organización EGI (Euzko Gaztedi del Interior).

Cuando se desarrolló el Juicio de Burgos en diciembre de 1970 ninguna publicación del exilio superó la información suministrada a sus lectores por TIERRA VASCA, incluida la suministrada directamente por unos cuantos abogadores defensores, entre ellos José Antonio Etxebarrieta Ortiz.

Al igual que su hermano mayor Manuel, Pello Mari y Tierra Vasca favorecieron en todo momento el DIALOGO entre todas las fuerzas vascas antifranquistas, en forma especial entre las de signo nacionalista y de distintas generaciones, lo que le costó bastante dolores de cabeza que supero con formidable entereza desde su condición de “navarro y por ello doblemente vasco” frase original de su hermano Manuel que le gustaba repetir.

Ildefonso Gurruchaga Ansola

Ildefonso Gurruchaga Ansola.

Quien suscribe este trabajo fue su amigo y lo trató en forma diaria en Argentina por espacio de muchísimas horas de trabajo, de opiniones y análisis, de lecturas y correcciones de originales, de llevar paquetes de la publicación a las oficinas de correos, colocar estampillas (sellos) y ponerlas en el buzón.

También nos abrió las páginas de TIERRA VASCO, permitiéndonos exponer con diversos pseudónimos nuestra opinión sin someternos nunca a censura alguna, aunque expresando siempre en que estaba de acuerdo y en que disentía.

Vivía físicamente en Argentina, amaba a su familia residente aquí en gran parte, su corazón estaba en Euskadi, siendo la persona que más información poseía en Argentina de lo que ocurría en Euskadi, que gustaba en la medida que no se opusiera a las normas más elementales de seguridad de las que era inexorable seguidor, compartir con quien consideraba era amigo de verdad.

Tierra Vasca llegó al número 231 en septiembre de 1975 y no siguió publicándose (su colega Euzko Deya dejó de hacerlo en noviembre de ese años),porque Pello Mari se enfermó de cuidado y tuvo que ser internado en un hospital de Buenos Aires y sufrir una larga convalecencia.

Un día me confesó que su hermano Manuel iba a regresar en fecha cercana a Navarra y que iba a reunirse con él para acompañarlo, previa estadía durante una breve temporada en San Juan de Luz.

Así lo hizo y aparece en un segundo plano, en las fotografías del regreso del “León de Navarra” con la humildad que en él como dijera un día el Padre Iñaki de Aspiazu “no es una virtud, es un vicio de tanto que abusa de ella”.

Ya en Ituña, primero en la calle Aoiz y tras la llorada muerte de Don Manuel en un piso de Iturralde y Suit siguió trabajando por Euskadi, en especial por la confraternidad entre Navarra y el País Vasco.

Recuerdo siempre unas grandes lágrimas derramadas en la Plaza del Castillo tras el fracaso de una larguísima negociación para conseguir una candidatura única de todas las fuerzas nacionalistas vascas en la hermana mayor de Euskal Herria.

En noviembre de 1982 lo visité en una habitación del Hospital de Iruña, durante varias horas y hasta tanto llegara a reemplazarme su sobrino que lleva también el mismo nombre Pello, no hizo más que hablarme del futuro del milenario Pueblo Euskaro, de su amada Navarra, de la necesidad de coordinación entre las diversas fuerzas abertzales... algo que lo obsesionaba.

Poco después, el 23 de febrero de 1983 fallecía este vasco, este navarro, al que su hermano Don Manuel definiera en una reunión habida en el local de la Editorial Ekin en la calle Perú 175 de Buenos teniendo como interlocutores al Dr. Justo Garate, al Dr. José María Garciarena, a Andrés María de Irujo y al que suscribe: “Pello es el arquetipo del resistente vasco. Puede haber quien lo iguale, pero nadie que lo supere”.

En esta reunión de historiadores donde se reúnen vascos, uruguayos y argentinos he querido rendir un merecido recuerdo a un hombre que espera de parte en especial de los jóvenes investigadores un minucioso y profundo trabajo de investigación .

Lo mío ha sido apenas un mero intento de aproximarles un arquetipo humano y vasco cuya labor merecer ser conocida y reconocida por los Vascos y quienes somos descendientes de vascos, consciente de lo que significa esta condición.

La opinión de los lectores:

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